"Hace tiempo leí en un periódico de aquí que unos maestros encontraron de casualidad una encuesta que enviaron en los años treinta a varias escuelas del país. Incluía un cuestionario sobre cuáles eran los problemas de la enseñanza en las escuelas. Y encontraron unos formularios que habían enviado desde varios puntos del país respondiendo a estas preguntas. Y los mayores problemas mencionados eran cosas como hablar en clase y correr por los pasillos. Mascar chicle. Copiar los deberes. Cosas por el estilo. Cogieron uno de los impresos que estaba en blanco, hicieron fotocopias y los volvieron a enviar a las mismas escuelas. Cuarenta años después. Y he aquí las respuestas. Violación, incendio premeditado, asesinato. Drogas. Suicidio. Me puse a pensar en eso. Porque la mayoría de las veces cuando digo que el mundo se está yendo al infierno la gente simplemente sonríe y me dice que me estoy haciendo viejo. Que ese es uno de los síntomas. Pero lo que yo creo es que cualquiera que no vea la diferencia entre violar y asesinar gente y mascar chicle tiene un problema mucho mayor que el que tengo yo."


No Country for Old MenNo Country for Old Men por Cormac McCarthy
My rating: 4 of 5 stars

El veterano de guerra Llewelyn Moss se topa de manera accidental con el resultado de un mal negocio entre narcotraficantes. Encuentra la mercancía y el dinero y decide hacerse del mismo. La justicia y los criminales por igual están tras el dinero y por consecuencia tras él.

La frontera de Estados Unidos con México a principios de los años ochenta es el escenario de la novela "No Country for Old Men" de Cormac McCarthy. Me pareció una gran lectura. Los personajes son interesantes y complejos. Llewelyn, veterano de guerra y soldador de oficio, se ve envuelto en una situación límite que nunca logra dimensionar y en la que sólo atina a reaccionar. Anton Chigurh representa su mayor amenaza, asesino frío, imparable y con un torcido y complejo sentido del honor y una muy peculiar óptica del destino. El Sheriff Ed Tom Bell es la parte humana de la lectura. La narrativa que ofrece el autor la lleva en buena parte a través de las reflexiones de Bell sobre otra época, sobre tiempos mejores. Otro elemento poderoso es la relación con su esposa y el lugar que ocupa en su mundo. Si bien la novela y lo relativo al juego del gato y el ratón son bien ejecutados e interesantes, encontré las reflexiones de Bell como el elemento con mayor sustancia en el libro.

Lo recomiendo ampliamente. La historia es en verdad interesante, Cormac McCarthy nos ofrece una lectura ágil y, si bien no es un purista en cuanto a la forma, encontré la lectura ligera. En diversas ocasiones detenía la lectura para hacer pausas y digerir las palabras de Ed Tom Bell y Anton Chigurh. Disfruté mucho el libro, siendo mi pimer acercamiento a McCarthy en definitiva lo tendré presente para otras lecturas.


"Hace un par de años Loretta y yo fuimos a una conferencia en Corpus Christi y a mi me tocó sentarme al lado de una mujer, era esposa de no sé quién. Y no paró de hablar, que si la derecha esto o que si la derecha lo otro. No estoy seguro ni de lo que quería decir con eso. Al final ella me dijo: No me gusta adónde va este país. Yo quiero que mi nieta pueda abortar. Y yo le dije, mire señora, no creo que a usted le preocupe en realidad adónde va este país. Tal como yo lo veo no me cabe ninguna duda de que su nieta podrá abortar. Es más, creo que además de abortar también podrá hacer que le practiquen a usted la eutanasia. Lo cual puso fin a la conversación."




"La gente se lamenta de las cosas malas que le pasa y que no merece pero raramente menciona las cosas buenas. Lo que ha hecho para merecerlas. Yo no recuerdo haber dado al Señor demasiados motivos para que me favoreciera. Pero lo hizo."

Cormac McCarthy
No Country for Old Men



La Teoría del Ciudadano Idiota por Carlos Loret.
Jueves 07 de julio de 2011

El país dio un salto muy importante cuando, después de décadas de "elecciones", los votos empezaron a contar. Hoy difícilmente se puede negar que el resultado electoral es, fundamentalmente, la suma de las boletas tachadas por ciudadanos a favor de un candidato, y son cada vez más aislados los casos de prácticas rupestres como urnas embarazadas, casillas con más votos que votantes, etcétera.

Ahora la defraudación electoral es más sofisticada y tiene que ver con las condiciones durante las campañas: que no se usen recursos públicos, que no intervengan los gobiernos, que las autoridades electorales sean independientes, que tengan acceso parejo a los medios de comunicación.

En dar ese siguiente paso democrático y erradicar tales vicios, los partidos no están comprometidos. Lucen conformes con condiciones de ilegalidad que les permiten fungir como autócratas en los territorios que dominan: el PRI hace en el Estado de México lo que el PAN en Guanajuato o el PRD en el DF.

Cuando pierden, se quejan y esgrimen la ofensiva teoría de que la población es manipulada por gobiernos, dinero y medios de comunicación, y que por tanto, su voto es imbécil. En síntesis, la Teoría del Ciudadano Idiota.

La soberbia de algunos políticos les impide descubrir que, en realidad, los ciudadanos son más inteligentes que ellos. ¿O realmente piensan que la gente cree a ciegas las promesas de campaña?, ¿Qué se deslumbra por el que sale más grande en el póster? ¿Suponen que el ciudadano ignora las corruptelas del PRI?, ¿qué no se da cuenta de las ineficacias del PAN?, ¿Qué se cree el cuento de que el PRD no es ineficaz ni corrupto?, ¿Qué Montiel, los hijos de Marta y Bejarano no existieron? ¿Imaginan que el votante no ha caído en cuenta de que décadas de PRI en Tamaulipas, 12 años de Pan en Los Pinos o 14 de PRD en la capital del país no han podido contra la inseguridad?, ¿Qué la población no se sabe el teatrito de que cuando se acercan las elecciones llegan despensas, cemento, techos y luego el olvido? ¿Realmente consideran que el ciudadano se cree a pie juntillas todo lo que ve en la tele, escucha en la radio o lee en el periódico o la Internet? ¿Creen que el ciudadano es idiota?

La realidad no les da la razón: de la última veintena de elecciones para gobernador, sólo en la mitad ha ganado el partido en el poder, aun cuando empleó todos los instrumentos ilegales a su alcance para vencer. ¿O Ulises Ruiz no metió las manos contra Gabino Cué y Mario Marín abrió la puerta a Moreno Valle? No. Hicieron hasta lo imposible para que no llegaran, pero llegaron, porque también usando apoyos legales y extralegales construyeron una candidatura que un grupo minoritario de ciudadanos, conscientes de los pros y contras de sus trayectorias y partidos, quizá condenados a votar por “el menos malo”, fueron a la casilla y, seguramente con alguna ilusión que nunca se pierde, escogieron a quien les pareció con algún futuro. Y eso, de idiota, no tiene nada.


Fuente: El Universal

A medida que leía la columna de Carlos Loret respondía a las interrogantes que el periodista plantea. Intenté comentar en la misma columna pero no fue publicado. Insistí 5 veces en el transcurso de la mañana pero por algún motivo los censores decidieron que mi comentario simplemente no tenía cabida, ¿no es maravillosa la forma en que los medios que tanto luchan por la libertad de expresión hacen lo propio para truncarla? Pese a esto publicaron gran cantidad de comentarios con insultos a Loret, por lo que concluyo que a los censores de El Universal no les preocupan las malas palabras o las reglas para la comunidad, les preocupan las ideas (y con razón). Como sea, me vi obligado a buscar otro foro y fue así que transcribí la columna para comentar en este espacio.

En cada pregunta que leía pensaba en el país y su triste realidad, opuesta por completo a tu tesis Loret:

¿Realmente piensan que la gente cree a ciegas las promesas de campaña? Los hay, o ¿cómo explicar un candidato que firma 6,000 compromisos ante notario? Quizá de haber firmado siete u ocho mil compromisos los otros partidos hubieran tenido mayor oportunidad.

¿(Piensan) que se deslumbra por el que sale más grandote en el póster? No es fortuito que tapicen la comunidad con los anuncios del candidato: espectaculares, transporte público, postes, muros, casas particulares y demás. Estas prácticas tienen su razón de ser, y si no checa la imágen


¿Suponen que el ciudadano ignora las corruptelas del PRI?, ¿que no se da cuenta de las ineficacias del PAN?, ¿que se cree el cuento de que el PRD no es ineficaz ni corrupto? El ciudadano lo sabe, sin embargo:
a) Lo tolera
b) Se resigna
c) Le es indiferente
Cualquiera que sea deriva en la inacción, otra característica del pueblo idiota.

¿(Suponen) que Montiel, los hijos de Marta y Bejarano no existieron? El Ciudadano Idiota conoce el sistema de justicia de su país, de antemano sabe que sin importar que se ventile y se compruebe tráfico de influencias, enriquecimiento ilícito, fraudes y robos, la clase que le gobierna es intocable. Esto les ha vuelto cínicos. Basta ver dónde están hoy aquellos que mencionas o a un triunfante Hank apareciendo en los medios riendo, burlándose de las leyes.

¿Imaginan que el votante no ha caído en cuenta de que no han podido contra la inseguridad? Se da cuenta, lo vive en carne propia en su día a día sin embargo, como tantas cosas que están mal, la ignorancia y su idiotez lo permite y fomenta.

¿(Imaginan) que la población no se sabe el teatrito de que cuando se acercan las elecciones llegan despensas, cemento, techos y luego el olvido? Al Ciudadano Idiota le basta el teatrito. Está tan hundido en la miseria que con una despensa, cemento o techo se vende. ¿Qué tan jodido estará el país que con recibir eso una vez cada 6 años le basta? Una despensa o un tinaco cada 6 años…¿nos damos cuenta del nivel de jodidez para que ese sea su precio?


¿Realmente consideran que el ciudadano se cree a pie juntillas todos lo que ve en la tele, escucha en el radio o lee en el periódico o la Internet? ¿Creen que el ciudadano es idiota? No lo creen, lo saben y les funciona. Para muestra tus patrones, o basta recordar esa máxima de Emilio Azcárraga (ver siguiente imágen). No es fortuita una televisión que busca perpetuar al Ciudadano Idiota, no son fortuitos los contenidos a los que somos expuestos, no son fortuitos un "Primero Noticias", "Carlos Loret en Fórmula" ni tu columna en El Universal por la que hoy publico esta entrada; no es fortuito nuestro paupérrimo sistema educativo, engrane primordial para que esta maquinaria funcione. Lectores de noticias a los que llaman "líderes de opinión", títeres al servicio del poder.

Pero todo esto lo sabes. Con base a las últimas columnas de los de tu gremio (ver también columna de Denise Maerker El problema no es que gane el PRI) pretenden legitimar un proceso electoral cada vez más turbio y esa maquinaria se prepara para la elección presidencial en 2012, y si no, como diría Ricardo Alemán, al tiempo.

Los ciudadanos idiotas somos mayoría y en esa idiotez y pasividad mucho tiene que ver los contenidos de tus patrones al servicio del poder. Estoy impresionado pues tus preguntas que pretenden ser ironía son nuestra realidad. Cada pregunta que planteas apunta con lujo de detalle a lo que se vivió en el proceso electoral el 3 de Julio, hasta me hace considerar si tu columna es una burla. Es increíble su doble discurso. Sí Loret, si existe el ciudadano idiota y lo sabes. O quizá la lectura que hice es equívoca, quizá de verdad crees lo lo que escribes. De ser así entonces eres un idiota más.


Y como no dejaste saciamorbos el día de hoy aquí te dejo uno:

SACIAMORBOS: La columna de hoy "La Teoría del Ciudadano Idiota" de Carlos Loret es casi idéntica a la del 18 de Octubre de 2010 de Denise Dresser "Somos idiotas". También habla del ciudadano idiota, la única diferencia es que dice todo lo contrario.






Abordé el Metro y captó mi atención de inmediato. Estaba sentado y parecía asustado. Levantó su rostro para mirar al universo de desconocidos que nos sumábamos a la multitud. No prestó especial atención a ninguno. Su piel era una fina y delicada capa de cartón, se podía ver a través de ella. Exhibía cada vena, cada arteria. Jugaba con éstas últimas y al hacerlo miraba con atención, con la curiosidad de un niño que descubre el mundo. Usando su dedo índice empujaba los pronunciados conductos del vital líquido para después masajearlos con el pulgar. Las exploraba y recorría a lo largo de su antebrazo. Lo vi repetir esta acción una y otra vez.

Mientras lo miraba reflexionaba sobre su edad y lo que el tiempo había hecho con su piel, sobre las posibilidades de una vida. Lo hice durante los treinta minutos que duró mi trayecto, de alguna forma compartiendo parte de esa vida, al menos por ese instante. Próximo a mi destino, repartí el peso de la mochila en mis hombros preparándome para descender. Al acercarme a la puerta el anciano se fijó en mi. Sentí el estómago hacérse nudo cuando el viejo se incorporó despacio. Tuve el mismo miedo que me provocaba el arlequín sentado en la vieja silla de la abuela. En cuanto las puertas se abrieron apresuré el paso, no dejé de mirarlo mientras me alejaba. Escuché el aviso que advertía el cierre de la puerta doble y ésta se cerró en su nariz antes de que el anciano pudiera salir. Apoyó sus dos manos en el cristal y me miró a los ojos. Me sentí culpable y aliviado cuando el Metro se lo llevó lejos.

La caminata a casa fue bajo una tormenta que no tardó en convertirse en una moderada pero constante lluvia, en el camino ésta disminuyó en intensidad, para cuando llegué a casa era sólo una llovizna. Me quité la chamarra y me dirigí al estudio en busca de las artesanías que heredé de mi madre. De la pareja de viejitos de papel maché sólo permanecía la mujer, haciéndome responsable de su destino, reprochándome con la mirada el que ahora estuviera sola.




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