Había guardado las llaves en el bolsillo opuesto, le costó trabajo sacarlas pues llevaba una pesada maleta colgada al hombro que le entorpecía, al abrir la puerta de cristal pegó un vistazo al absurdo letrero "Por su seguridad cierre con llabe", lo ignoró y se dio por satisfecho con cerrar. Subió cuatro pisos por las escaleras, el edificio tendría al menos 50 años de haber sido construido y los peldaños eran grandes, le recordaban las pirámides de Teotihuacan aunque sabía lo exagerado de su comparación.

El departamento se encontraba en penumbras, esta vez no por la forma en que lo mantenía a oscuras teniendo las cortinas cerradas, sino por la hora del día, entró a su habitación solo para dejar su laptop, se quitó la chamarra aventándola sobre su cama y se dirigió a la sala donde pasaba sus ratos libres. Encendió el televisor y luego la consola de juegos de video, se instaló en el sillón más cómodo, mientras esperaba a que cargara el disco su espera se vio interrumpida por el sonido seco de una maceta al estrellarse contra el pavimento, él no se movió del sofá.

Casi de manera instantánea sonó el teléfono, sin prisas alcanzó la bocina
-¿Hola?
-¿Dónde está tu hermano?-lo interrumpió su abuela, reconoció la voz de inmediato
-N...no sé, ¿por? -la sexagenaria le había transmitido la angustia por el auricular
-¡Se acaban de matar aquí enfrente! ¡ahí donde está tu hermano!
Un escalofrío recorrió su columna, sin pensar colgó, tomó las llaves, azotó la puerta al salir y a tropezones bajó las escaleras.

Salió como alma que lleva el diablo hasta llegar a la calle, tenía el estómago hecho un nudo, dobló la esquina y de inmediato lo pudo ver, la cortina metálica de la tintorería tenía una salpicadura que surgía del piso y se expandía en abanico hasta terminar en la parte más alta, un mancha similar sugería un círculo en la acera, un metro más adelante estaba el cuerpo tendido abajo de la banqueta, invadiendo el carril izquierdo de los autos.

El ambiente era tan pesado que le dificultaba respirar, apenas dio un vistazo alrededor pero se percató de que solo se encontraban el cuerpo de esa persona y él. No podía ser su hermano, intentaba convencerse mientras se acercaba y buscaba algo que le permitiera comprobarlo y despejar sus dudas. Descubrió manchas de sangre negra y pedazos de cráneo que tuvo que evitar para acercarse aun más. Con angustia y miedo le buscaba el rostro, hubo un instante en el que no le importaba quien fuera, solo quería comprobar que no fuera su hermano.

Tuvo sentimientos encontrados al distinguir el cuerpo de una mujer, sintió alivio al descartar lo que más temía, pero fue entonces que la situación adquirió su justa dimensión. De manera repentina se encontraba en un estado de vigilia, algo lo empujó a acercarse aún más, se encontraba como en un trance.

Fue dejando en cada paso la persona que era, solo quedaron sus raíces, fue cambiando de piel hasta desnudarse por completo y tener el cadáver de esa mujer delante suyo, descubrió su cabello revuelto, pegajoso, ocultaba el rostro de la mujer, se sintió agotado, pudo percibir a alguien más en ese momento, a una tercera presencia, era una mujer que no se encontraba ahí de manera física, pero permanecía en la atmósfera. Se sintió atrapado entre las dos y así transcurrieron segundos que parecieron minutos enteros.

Sintió el toque helado de un dedo en su frente, un escalofrío recorrió su cuerpo y erizo su piel, de manera repentina pudo darse cuenta que esa mujer en el ambiente no era una tercera presencia, lo que sucedía era entre ellas dos, quien no estaba invitado a esa cita era él. Al darse cuenta dio un paso atrás, creyó verla sonreír, sacudió de manera breve su cabeza como regresando de ese trance, entonces pudo ver a la distancia a un grupo de personas mirando la escena, en la contra esquina pudo ver a tres más acercarse.

Minutos después en el lugar se encontraban cuatro patrullas, dos ambulancias y un par de veladoras colocadas sobre la banqueta. Un numeroso grupo de personas ya se encontraba ahí, reporteros para programas de televisión amarillistas entrevistaban a los elementos de seguridad pública y a personas excitadas al saber que aparecerían en televisión, aun cuando recién llegaban. Se sabía que la caída fue del piso 13, entre los vecinos corrían rumores de que al calor de las copas el novio la había aventado. Alguien cubrió el cuerpo con una sábana, para entonces ninguno de los tres estaba ahí. Al poco tiempo retiraron el cuerpo, poco a poco la gente se fue dispersando, dos horas después solo quedaban tres personas en el lugar. Para las 11 de la noche la calle se encontraba vacía de nuevo.

Esa madrugada, junto con las dos veladoras, una luz en la cuadra permaneció encendida.


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Comments (2)

blueberry dijo...

Que es esa presencia paranormal? que representa esa mujer?

Vincent dijo...

Eso quisiera saber, aunque a la vez me aterra.

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